Estimular el sistema inmunitario.
Propiciar el desarrollo de las bacterias beneficiosas de la flora intestinal, y dificultar el crecimiento de las patógenas.
Facilitar la absorción de algunos minerales como el calcio y el magnesio.
Favorecer la síntesis de ciertas vitaminas.
Reducir los trastornos digestivos, como los gases, al ayudar a mantener el equilibrio intestinal.
Mejorar la regularidad intestinal, con lo que disminuyen los episodios de estreñimiento.
Reducir el riesgo de cáncer de colon y de enfermedad inflamatoria intestinal.